Iniciaremos nuestro recorrido en el Polideportivo de Montepinar, adentrándonos por las tranquilas calles de la urbanización en dirección a la Ermita de Nuestra Señora del Pilar. Este pequeño templo, actualmente fuera de culto, se alza en un entorno agreste, rodeado por pinos y matorral mediterráneo, marcando el comienzo de nuestra inmersión en la Sierra de Orihuela, uno de los enclaves más desconocidos pero sorprendentes de la comarca.

Pronto comenzaremos un ascenso continuo hacia un paraje de gran interés geológico e histórico: una antigua zona minera donde aún se aprecian vestigios de prospecciones del siglo XIX. Aquí, donde la naturaleza ha ido recuperando el terreno, deberemos caminar con precaución. Las minas, en su mayoría simples pozos o galerías horizontales, fueron explotadas principalmente para la obtención de hematita (oligisto), mineral usado tanto en la industria del hierro como en la fabricación de pigmentos naturales.

A medida que ganamos altura, alcanzaremos el cordal de la sierra, línea divisoria que ofrece un balcón natural desde el que se divisa la ciudad de Orihuela. En días despejados, incluso el mar Mediterráneo se deja ver a lo lejos. Este será un excelente lugar para hacer una pausa, disfrutar del paisaje y reponer fuerzas.

Saldremos desde el aparcamiento que hay en la subida al Castillo de Garx, donde podremos observar las impresionantes vistas del pas de Tancat. Tramo que discurre entre senda y pista hasta llegar a Els  Arcs. Dos arcos de piedra. Tras un pequeño respiro reiniciamos la marcha buscando la cima de Peña Aixorta. Nueva Parada para reponer fuerzas. En el final de este tramo que está la subida, el terreno se vuelve un poco más técnico, al igual que la bajada. Dejamos ente terreno para incorporarnos a una pista donde está el refugio de la Font dels Teixos. Finalmente dejamos esta pista para incorporarnos a una senda de nos conduce al punto de inicio. Al finalizar si teneis mas ganas podeis subir al castillo. Al finalizar podremos comer de picnic en Bolulla en la Font dels Xorros.

Tras una breve caminata de aproximación, llegaremos a un entorno natural único donde se combinan la escalada, el agua y la diversión. En esta actividad, nos enfrentaremos a emocionantes vías de gran desplome sobre el agua, sin necesidad de aseguramiento, ya que el medio acuático actuará como colchón natural en caso de caída. Esta modalidad, también conocida como psicobloc, ofrece una experiencia de adrenalina pura en un entorno seguro y refrescante.

Según el número de inscritos, se organizarán grupos que alternarán entre los dos sectores principales: la Cueva, ideal para quienes buscan sombra y líneas más exigentes, y el Arco, con desplomes amplios y vistas espectaculares. Mientras unos escalan, otros podrán disfrutar del entorno dándose un baño, practicando saltos o simplemente descansando en la orilla con un aperitivo y buena compañía.

Una jornada perfecta para disfrutar del deporte, el agua y la naturaleza en un ambiente relajado, con opciones tanto para los más atrevidos como para quienes prefieren un plan más tranquilo.

Ruta algo técnica y con cierta dificultad, especialmente para personas que no están habituadas al medio acuático o barranquismo. Imprescindible saber nadar. Esta ruta, excepto el regreso, discurre casi en su totalidad por el río (acuática), por lo que será necesario llevar calzado cerrado tipo escarpines o zapatillas o calzado para agua (no chanclas ni cangrejeras), aconsejable llevar neopreno corto y mochila estanca, toalla y ropa de cambio. Debido a las zonas resbaladizas, pasos algo enriscados y saltos a las pozas, será obligatorio el uso de casco por la zona de río.